
Uso del móvil durante la conducción.
¿Por qué el uso del móvil durante la conducción es algo que distrae y puede producir que tengamos un accidente sin darnos cuenta? Para poder hablar de esto, es necesario entender el cerebro humano y cómo funciona. Sabemos que el cerebro está compuesto de cuatro lóbulos principales que son el occipital, el parietal, el frontal y el temporal. Cada una de estas partes tiene una función concreta, así por ejemplo, el lóbulo temporal se encarga de la memoria de la persona, la parte afectiva y el reconocimiento; el lóbulo occipital, se encarga principalmente del sentido de la vista; el lóbulo parietal es el encargado de procesar todos los datos o información recibida por los sentidos del cuerpo, emitiendo un mensaje complejo (que integra toda esta información) al lóbulo frontal, siendo este el que se encarga de planificar, organizar y priorizar, en base dicha información recibida, las distintas acciones a ejecutar, con mayor o menor atención.
Cuando realizamos varias tareas a la vez, el lóbulo frontal es el que selecciona la información que le parece más relevante a tratar, y lo pone en primer plano, es decir, en el foco principal de atención. A medida que realizamos tareas con frecuencia, el cerebro las mecaniza y, por un concepto de ahorro de esfuerzo, van pasando a un segundo plano.
El ejemplo más claro es el momento de aprender a conducir. Cuando cogemos el coche por primera vez, nuestro cerebro está más atento en pisar el embrague, hacer el cambio de marcha cuando toca, poner el intermitente, etc. Con la experiencia, cambia nuestra forma de conducir y lo hace incluso inconscientemente, requiriendo poca atención la parte mecánica del cambio de marchas y el uso del volante y enfocando más la tención a lo que ocurre en el entorno del vehículo.
¿Qué ocurre cuando nos llaman o llamamos por teléfono a alguien? Antes de pasar a explicar un poco esta pregunta, es interesante explicar los tipos de atención que mantenemos durante la conducción. Se puede decir que los tipos de atención durante la conducción son tres, básicamente, la atención selectiva, que se da cuando el conductor se centra en algún aspecto de lo que está ocurriendo en la vía mientras circula, por ejemplo, las señales de tráfico, lo que hace el coche que nos precede en una vía urbana, etc.; la atención mantenida, que se da en el momento en que el conductor mantiene la atención a lo largo del tiempo, por ejemplo durante la conducción en una autovía; y la atención dividida que se da en el momento en que se presta atención a varios estímulos a la vez, que se da claramente en el momento de realizar un adelantamiento, donde tenemos que presar atención a los vehículos que vienen por delante y hacer cálculos mentales sobre las diferentes velocidades de los mismos, mirar hacia atrás para ver que no ha empezado ningún otro vehículo ese proceso de adelantar y tomar decisiones acorde a todas esas informaciones.
En los primeros momentos de una llamada telefónica la conversación hace que la atención esté divida, entre la conversación y la carretera y, si añadimos que circulamos por carreteras conocidas, ¿cuántas veces nos ha pasado que no recordamos por dónde hemos ido cuando llegamos a destino? Esto nos pasa porque hay una parte automatizada que el cerebro le presta la mínima atención mientras la ejecuta, dirigiendo la mayor parte de la misma a la conversación, queriendo entender lo que nos dice el interlocutor, dando contestaciones según se requiere, etc. Poco a poco, lo que era una atención dividida, se convierte en una atención selectiva dedicada a la conversación, perdiendo por una parte la capacidad de procesar otros estímulos o acontecimientos de nuestro entorno y por otra parte reduciendo también, la capacidad de toma de decisiones reactiva en función de lo que pasa. Todo ello implica un aumento en los tiempos de reacción, llegando incluso a anularlos.
Hay un estudio realizado en la Universidad de Carnegie Mellon, que muestra cómo la actividad cerebral del lóbulo occipital (encargado de la visión) y el lóbulo parietal (responsable de recibir los estímulos sensoriales) disminuyen hasta un 37% cuando mantenemos una conversación por teléfono móvil. Incluso, el cerebro puede sufrir ceguera por desatención, impidiéndole reaccionar adecuadamente a estímulos exteriores como los de la ruta, peatones y ciclistas.
Se acercan fechas en las que vamos a circular por carreteras con mucho tráfico, por eso es necesario poner todos los sentidos en lo que llevamos entre manos y no dejarnos distraer por el móvil, de este modo podremos disfrutar de unas Navidades en familia.
Departamento Prevención de Riesgos Laborales Activa Mutua