Cambiar idioma

Ir al contenido principal de la página

Las enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares
26 sep

Las enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos. Los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro. Los AVC también pueden deberse a hemorragias de los vasos cerebrales o coágulos de sangre. Los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV) suelen tener su causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo, tales como el tabaquismo, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hiperlipidemia.

Principales factores de riesgo

Las causas más importantes de cardiopatía y AVC son una dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol.  Está demostrado que el cese del consumo de tabaco, la reducción de la sal de la dieta, el consumo de frutas y hortalizas, la actividad física regular y la evitación del consumo nocivo de alcohol reducen el riesgo de ECV. Por otro lado, puede ser necesario prescribir un tratamiento farmacológico para la diabetes, la hipertensión o la hiperlipidemia, con el fin de reducir el riesgo cardiovascular y prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Las políticas sanitarias que crean entornos propicios para asegurar la asequibilidad y disponibilidad de opciones saludables son esenciales para motivar a las personas para que adopten y mantengan comportamientos sanos.

También hay una serie de determinantes subyacentes de las enfermedades crónicas, es decir, «las causas de las causas», que son un reflejo de las principales fuerzas que rigen los cambios sociales, económicos y culturales: la globalización, la urbanización y el envejecimiento de la población. Otros determinantes de las ECV son la pobreza, el estrés y los factores hereditarios.

Síntomas habituales de las enfermedades cardiovasculares

La enfermedad subyacente de los vasos sanguíneos a menudo no suele presentar síntomas, y su primera manifestación puede ser un ataque al corazón o un AVC.

Los síntomas del ataque al corazón consisten en:

  • dolor o molestias en el pecho
  • dolor o molestias en los brazos, hombro izquierdo, mandíbula o espalda.

Además puede haber dificultad para respirar, náuseas o vómitos, mareos o desmayos, sudores fríos y palidez.

El síntoma más común del AVC es la pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los brazos, piernas o cara. Otros síntomas consisten en:

  • la aparición súbita, generalmente unilateral, de entumecimiento en la cara, piernas o brazos;
  • confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice;
  • problemas visuales en uno o ambos ojos;
  • dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación;
  • dolor de cabeza intenso de causa desconocida; y
  • debilidad o pérdida de conciencia.

Quienes sufran estos síntomas deben acudir inmediatamente al médico.

Intervenciones para reduir las enfermedades cardiovasculares

La OMS ha identificado una serie «inversiones óptimas» o intervenciones muy costoeficaces para prevenir y controlar las ECV, cuya aplicación es viable incluso en entornos con escasos recursos. Existen dos tipos de intervenciones: las poblacionales y las individuales; se recomienda utilizar una combinación de las dos para reducir la mayor parte de la carga de ECV. He aquí algunos ejemplos de intervenciones poblacionales que se pueden aplicar para reducir las ECV:

  • políticas integrales de control del tabaco;
  • impuestos para reducir la ingesta de alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal;
  • construcción de vías peatonales y carriles para bicicletas con el fin de promover la actividad física;
  • estrategias para reducir el consumo nocivo de alcohol;
  • suministro de comidas saludables en los comedores escolares.

A nivel individual, las intervenciones sanitarias de prevención de los primeros ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, deben centrarse primordialmente en las personas que, si se tienen en cuenta todos los factores, presentan un riesgo cardiovascular medio a alto o en los individuos que presentan un solo factor de riesgo —por ejemplo, diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia— con niveles superiores a los umbrales de tratamiento recomendados. La primera intervención (basada en un enfoque integral que tiene en cuenta todos los riesgos) es más rentable que la segunda y tiene el potencial de reducir sustancialmente los episodios cardiovasculares.

Se trata de un enfoque viable dentro de los Servicios de Atención Primaria y en los Servicios de Prevención de Riesgos de las Empresas, y sin necesitar grandes recursos, y que puede ser puesto en práctica incluso por trabajadores sanitarios que no son médicos.

 

Dr. Alfred Barredo Matarredona. Medicina del Trabajo

Realizar un comentario